martes, 9 de diciembre de 2008

La reforma prescindible

Cada 6 de diciembre, el jefe del estado y la casta política y sindical en bloque se ponen de acuerdo para cantar las loas de la ley de leyes con los mismos tópicos y frases hechas de siempre: que si es la constitución de todos, que aunque tiene algunos errores, fue elaborada por consenso y eso es lo que importa, que si este ha sido el periodo más largo de libertad, prosperidad y estabilidad…


Este ejercicio de cinismo y autocomplaciencia, —que, dicho sea de paso, cada vez resulta más grotesco e insultante— está motivado porque los citados estamentos son conscientes de que la constitución del 78 es la fuente de su poder, privilegios y sinecuras y no pueden permitir que los numerosos defectos de aquella, tanto de forma como de fondo, ensombrezcan la pretendida legitimidad de la oligarquía de partidos.


A lo dicho solo cabe citar una excepción, los partidos que se benefician de una arquitectura constitucional hecha a su medida y aprovechan este día para despreciar —con un tono más agresivo que de costumbre— las instituciones del estado, y lo que es peor, al conjunto de la nación porque saben que eso no les va a quitar su posición de privilegio, sino más bien al contrario.


Volviendo a los partidos “constitucionalistas”, algo ha cambiando entre sus dirigentes en los últimos años, concretamente desde que ZP llegó a La Moncloa con el firme propósito de “avanzar en el Estado de las Autonomías” —es decir, de terminar de romper España—.


Desde entonces hasta la fecha, en las conmemoraciones del 6 de Diciembre se han venido distinguiendo las declaraciones de dos tipos de políticos: quienes por obra u omisión violan deliberadamente la carta magna (entre los que se encuentran ZP y sus secuaces) y quienes reclaman su cumplimiento (la oposición digna de tal nombre). Ambos alaban a la carta magna, pero, aunque a primera vista pueda parecer contradictorio, son los primeros los que con más entusiasmo expresan sus elogios y se recrean en lo ya conseguido, mientras que los segundos combinan la defensa de la constitución con la defensa de su reforma.


Pero centrémonos en los primeros. La explicación de su actitud es bien sencilla, no ensalzan la ley de leyes por cargo de conciencia, lo hacen porque el texto constitucional vigente les es tremendamente favorable a sus intereses y su quebrantamiento les sale gratis, por eso no quieren que se toque ni una coma. Si alguien todavía tenía alguna duda de esto, el inquilino de La Moncloa lo ha dejado claro:

Todo es perfectible, pero la Constitución tal como está ahora es útil y por tanto no es imprescindible una reforma, podríamos mejorarla, pero no es imprescindible, se puede funcionar con la Constitución para que el país progrese y para que la convivencia se fortalezca (…) no es en este momento una tarea prioritaria.

¿Por qué no es una tarea prioritaria? Porque la constitución es útil, es decir, es útil para el Partido Socialista que siga como está: teóricamente vigente, o mejor dicho, vigente o no a conveniencia del ejecutivo. Por esa razón se ha olvidado de la mini-reforma que propuso la legislatura pasada, que consistía en convertir al Senado en una verdadera cámara territorial y eliminar la preferencia del varón a la mujer en el acceso al trono (dos temas de vital importancia para la sociedad española, sin duda). Y es que ZP y su cohorte de caciques taifeños se han percatado de que plantear una reforma constitucional puede dar lugar a que se abra el debate en la sociedad y a que se cuestione total o parcialmente la carta maga y eso no conviene en Ferraz. Mejor dejarlo como está, ensalzar el pogreso de la sociedad en estos años, mitificar la Transición y ¡otra de gambas! Que mientras se pueda seguir violentando la ley de leyes sin que el Tribunal Constitucional diga una palabra en contra, no hay de qué preocuparse.

6 comentarios:

Natalia Pastor dijo...

Ni hay altura de miras en la clase política, ni existe el consenso necesario para una reforma del calado que necesita la Carta Magna.
Tirarán con lo que hay,por que estamos en medio del intento camuflado de un cambio del modelo de Estado,via reformas de estatutos con la connivencia y complicidad del TC, que aprobará el estatuto catalán.
La suerte hace tiempo que está echada.

Caballero ZP dijo...

¿Como pretenden que se crea en una Constitución que se incumple día tras día sin ninguna consecuencia?
Saludos

Imperator dijo...

Unos se amarrarán a lo dificil que puede llegar a ser la modificacion de los titulos preliminar, primero y segundo, otros dirán que está bien como está y mientras algún alcornoque soltando mueras al borbón, ah no que era a Felipe V que despiste.

En una conclusión, la Constitución ha sido desbordada por la realidad, los primeros culpables los contituyentes que abrieron la caja de los truenos con el Tit VIII, luego un Jefe del Estado que pinta muy poco y para terminar una casta de politiquillos pendientes solo de su sillón.

Anónimo dijo...

Te invito a visitar mi post relacionado con tan señalada fecha...
http://corrientedeactualidad.blogspot.com/

Saludos

Daniel Terrasa dijo...

"¿Como pretenden que se crea en una Constitución que se incumple día tras día sin ninguna consecuencia?"

Ahí está la clave. La CE de 1978 es francamente mejorable, pero es que los aspectos positivos que tiene quedan neutralizados por los reiterados incumplimientos.

y eso que fue la "constitución del consenso", que si no...

Piru dijo...

Cualquier reforma de la Constitución que hagan Bobierno u Opisición irá (¡más aún!) contra la democracia. Y lo harán de forma abierta o camuflada, pero lo harán. Y el borreguerío patrio comulgará las nuevas ruedas molino y lo que haga diga la telele, ¡faltaría más!